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Para el creciente número de habitantes citadinos, un estilo de vida saludable no involucra únicamente comer bien y hacer ejercicio con regularidad.

05 de noviembre de 2019

Para la creciente población de habitantes citadinos en todo el mundo, el mantener un estilo de vida saludable no se trata únicamente de comer bien y hacer ejercicio con regularidad – la infraestructura y factores ambientales de la ciudad juegan también un papel crítico.  

Sin embargo, la creación de toda una ciudad que pueda llamarse una “ciudad saludable” no es tarea simple. El primer objetivo para conquistar lo que puede ser conquistable, indica Franz Jenowein, Director de Consultoría en Sustentabilidad de JLL, es que los gobiernos de las ciudades necesariamente se enfoquen a todo aquello que cae bajo su control – como el acceso a hospitales, áreas verdes, así como medios de transporte que promuevan la actividad como la bicicleta o caminar. También es importante, proveer a las ciudades de amenidades saludables fragmentándolas a modo que puedan ser manipulables. 

“Los distritos de la ciudad son un gran sitio de donde arrancar y permiten a la iniciativa privada integrarse de manera más fácil dado que una ciudad entera es demasiado grande para poder mantenerla bajo control y más costoso también” añade Jenowein.

Este enfoque, distrito por distrito, para desarrollar una ciudad más saludable ha comprobado, de hecho, ser una estrategia muy popular a través de todo el mundo. 

Con un enfoque totalmente innovador para la creación de una ciudad saludable está la gente detrás del proyecto de 40 acres, 2 billones de dólares, ubicado en la ciudad de Tampa en el estado de Florida en Estados Unidos el cual se convertirá en el primer distrito en el mundo con certificación WELL. Basado en el hecho de que la mayoría de la gente invierte casi un 90 por ciento de sus vidas al interior, los criterios WELL para medir el desempeño de edificios comprende siete categorías: aire, agua, alimentación, luz, acondicionamiento físico, confort y mente.

Aplicando la tecnología y estrategias de diseño utilizadas en ciudades más pequeñas, este proyecto de uso mixto comprenderá zonas amigables para caminar, árboles con bajo contenido de polen, barreras contra ruido, infraestructura verde, así como monitoreo diario de la calidad del aire. Se tiene planeada la terminación de la primera fase para el año 2020. La ciudad de Tampa es solo un ejemplo de cómo se pueden diseñar en todo el mundo ciudades que tomen en consideración la salud de sus habitantes. 

Un nuevo ambiente urbano

Otras ciudades están experimentando con ideas propias. En Paris, Saint-Ouen Docks es un distrito de 100 hectáreas actualmente en construcción a lo largo del Rio Siena el cual forma parte de Grand Paris, un proyecto de transformación urbana aún mayor. El diseño promueve fundamentalmente un estilo de vida más saludable entre todos sus residentes: un parque biodiversidad de 12 hectáreas el cual incluye corredores instalados a lo largo de praderas y vergeles permitiendo a todos los residentes de todas las edades participar en el cuidado de los jardines, colmenas y determinadas áreas verdes; un vivero educativo con una cocina de instrucción, estudios de yoga y tai chi, un edificio que no utiliza electricidad y una dotación máxima de luz solar, así como suficiente espacio exterior para salones de clase. 

HafenCity en la ciudad de Hamburgo está considerada uno de los desarrollos ubicados al interior de la ciudad más grandes de Europa cuyo enfoque radica en “derribar muros” entre espacios públicos y privados con el fin de promover la caminata y una vida más saludable, según dice Jürgen Bruns-Berentelg quien está a cargo de supervisar esta transformación.

El considera que espacio y preferencias son elementos clave en el diseño urbano para ayudar a la gente a volverse más activa. “El proceso de caminar puede ser redireccionado. No se trata solamente de un asunto de índole lineal sino también de percepción espacial. Permite el uso de los espacios para actividades de esparcimiento e incentiva a la gente a caminar dentro de estos espacios” menciona, durante la Conferencia Anual del Instituto del Territorio Urbano. El incorporar amenidades como canchas de básquet dentro de zonas residenciales les facilita a los jóvenes a mantener un estilo de vida mucho más activo. 

“De este modo, los deportes se van integrando a la vida diaria, las familias pueden enviar a sus hijos a jugar obteniéndose con todo esto excelentes resultados en su salud”, explica. 

El rol de los datos masivos (big data)

Conforme se van enfocando las en vencer el reto de proveer a sus ciudadanos más espacios saludables, los Datos Masivos (Big Data) juegan un papel muy importante para entender la interacción que tiene la gente con sus entornos y en qué aspectos se pueden hacer mejoras.

“Los habitantes de las zonas urbanas caminan habitualmente con bases de datos en el bolsillo gracias a los teléfonos inteligentes lo cual les permite medir mejor diversos factores relacionados con su salud. Estar mejor facultado para medir más factores relativos a su salud en su día a día, les permite elevar su entendimiento sobre una mejor calidad de vida y a exigirla y los gobiernos municipales deberían poder dar respuesta a estas exigencias” añade Jenowein.

Para poder poner en uso esta montaña de información relativa a los habitantes, se requiere de la instalación de estructuras inteligentes que servirán de cimiento para crear “ciudades inteligentes” – que sirvan para facilitar la construcción de ciudades saludables.  Después de todo, añade Jenowein, una ciudad saludable, es básicamente uno de los resultados que se espera de una ciudad inteligente.

Uno de los distritos que está manejando su información es el proyecto multi-billonario Toronto Waterfront Revival. La ciudad se unió a IBM y a Element Blue para el lanzamiento de un portal comunitario enfocado a mantener a los habitantes conectados con la comunidad y entre sí. Con el uso del portal para reportar cualquier riesgo a la salud o seguridad en la zona y para tener acceso a información actualizada sobre el transporte público, congestionamientos viales y calidad del aire, los habitantes pueden estar más informados sobre la salud diaria – mental y emocional y física – así como temas sobre bienestar y para mejorar sus estilos de vida en general.

En la ciudad de Auckland, el innovador distrito de Wynyard Quarter mantiene una plataforma de reporteo y monitoreo en línea la cual recopila, en vivo y a través de sensores, datos sobre la actividad peatonal y ambiental. Dicha información ayuda a medir los avances para el logro de su meta la cual consiste en alcanzar hasta un 70 por ciento en desplazamientos sea caminando, por bicicleta o transporte público. 

El reto de la ciudad saludable

Más y más ciudades pudieran estar tomándose el reto de crear distritos saludables, pero no existen planes de acción estándar que sirva de guía.  A pesar de que factores “duros” tales como edificios eficientes en energía y más espacios verdes son más fáciles de definir y de crear, son los factores “suaves” relativos a la calidad de vida los que presentan el reto.

Jenowein explica: “La salud depende también de la mentalidad y emociones personales las cuales dependen de diversas variables tanto en sus vidas como en sus entornos. Existen una gran cantidad de medidores a ser considerados de tal forma que cuando las autoridades municipales estén decidiendo el enfoque a adoptar en la construcción de nuevos distritos, la pregunta sea, si se inclinan hacia el factor felicidad o hacia lo verde y energía eficiente.”

Ciertamente, el concepto de distritos saludables está aún en sus primeras etapas, pero conforme van creciendo las poblaciones urbanas y conforme evolucionan las expectativas, también irá creciendo la complejidad para mantener la salud y bienestar de la comunidad – ya no digamos de una ciudad completa.  

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