Artículo

Por qué “fomentar la salud” es una expresión de moda

Actualmente, luz y temperatura, ventilación y limpieza, están enfocados en fomentar la sanidad de los espacios como nunca antes

03 de agosto de 2020

El enfoque actual sobre la creación de lugares de trabajo más saludables va mucho más allá de implementar el distanciamiento físico y alentar a los empleados a usar las escaleras.

La infraestructura del edificio y las prácticas de higiene, monitoreadas de cerca por nueva tecnología y datos en tiempo real, se están analizando y probando para garantizar que los sistemas de ventilación, iluminación y calefacción desempeñen su función en la protección de la salud de los empleados.

“Con empleados de todo el mundo regresando a la oficina, hay un énfasis renovado en la sanidad y seguridad de nuestros edificios”, dice Mark Caskey, CEO de Soluciones Corporativas de Europa, Oriente Medio y África (EMEA, por sus siglas en inglés) en JLL. “El aire limpio y los niveles de temperatura y humedad cuidadosamente controlados son esenciales para reducir la propagación del virus, mientras que la iluminación natural es bien conocida por impulsar el bienestar y la productividad”.

De hecho, con sólo una excepción, de los 7,354 brotes de SARS-CoV-2 analizados en China todos se contrajeron en interiores, según una investigación realizada por universidades de Hong Kong.

En los últimos años, las empresas se han vuelto cada vez más conscientes de la necesidad de edificios más saludables, definidos por la Organización Mundial de la Salud como un espacio que “fomenta la salud y el bienestar físico, psicológico y social de las personas”.

“Definitivamente ocupa un lugar destacado en la agenda de los administradores de edificios y propietarios, que ahora están evaluando factores como la calidad del aire y el agua, la humedad y el ruido que afectan directamente la salud y el bienestar”, dice Andre Bothma, líder de crecimiento para EMEA en JLL Spark.

Monitoreo continuo

Tecnología avanzada, como Envio, Iconics o las plataformas IntelliCommand de JLL, permite a los administradores de instalaciones monitorear el estado del edificio en tiempo real. Los sensores que monitorean el flujo de aire y la temperatura ambiente son administrados por las plataformas y alertan de inmediato sobre cualquier problema.

“Está alejando la gestión de instalaciones de lo reactivo a lo proactivo y predictivo, lo cual es fundamental para los administradores de edificios en este momento”, dice Bothma.

En Birmingham, el campus empresarial One Central Boulevard está utilizando dicha tecnología, creando un flujo de datos actualizados en tiempo real para mantener sus edificios en óptimas condiciones.

Por otro lado, se están agregando nuevos métodos de filtrado al sistema de ventilación en el edificio de oficinas más grande de Glasgow, actualmente en desarrollo de la calle Bothwell, no. 177. La calefacción mediante suelo radiante sustituirá a los sistemas basados en aire para evitar que dicha corriente de aire circule por los espacios. 

Diferentes soluciones para diferentes edificios

A medida que más edificios cuidan de cerca la ventilación y la calidad del aire, factores como ubicación, antigüedad y diseño del edificio, sin mencionar el presupuesto, juegan un papel cada vez más importante.

En las grandes áreas metropolitanas, por ejemplo, el bombeo de aire exterior no suele ser una opción debido a los niveles de contaminación.

“Abandonar el aire reciclado por un flujo constante desde el exterior no es la mejor solución”, dice Bothma. “Es ahí donde tecnología como la que es empleada por los purificadores de aire UV podría funcionar”.

Además, en las principales ciudades de Europa, más del 50% de los edificios de la región tienen al menos 100 años de antigüedad, según los expertos.

“Naturalmente, existe un desafío mayor cuando se busca un entorno de trabajo más saludable en una propiedad antigua”, reconoce Bothma. “Y puede ser cualquier detalle, desde ventanas viejas hasta paredes mal aisladas o equipos ineficientes”.

La distribución del espacio en edificios antiguos puede resultar igualmente problemática con la circulación de aire y la entrada de luz natural con pasillos más estrechos y habitaciones más pequeñas que algunas de las oficinas modernas construidas con ese propósito específico.

Realizar un seguimiento del número de personas que utilizan los espacios es una forma de ayudar a mantener un lugar de trabajo saludable.

Sensores de uso del espacio y empleo del aire pueden ayudar a crear una mejor imagen de cómo y cuándo se utilizan los espacios, de modo que factores como el CO2, la temperatura y la humedad se puedan adaptar o mejorar como corresponde. Del mismo modo, los equipos de limpieza pueden concentrarse en las áreas más utilizadas.

Beneficios económicos

Si bien la salud y el bienestar de los empleados son la principal prioridad para las empresas en este momento, también lo es la búsqueda de reducción de costos dentro de sus operaciones.

“Un edificio saludable puede favorecer el ahorro en el uso general de energía”, menciona Bothma. “Posiblemente algunas empresas aún no son conscientes de sus ineficiencias o los errores humanos que son pasados por alto durante las verificaciones, por lo tanto el ser capaces de monitorear el uso del edificio con precisión y en tiempo real es más importante que nunca”, explica, estimando que la inversión en dicha tecnología se puede recuperar dentro del primer año.

A su vez, los equipos de facilities management, o gestión de las instalaciones, deberán aprender nuevas habilidades para analizar los datos de manera efectiva y mantener los edificios en óptimas condiciones.

“Contribuir con la salud del edificio es imprescindible para ayudar a crear lugares de trabajo más seguros donde los empleados no sólo se sientan más cómodos sino que también se mantengan más saludables porque hay menos infecciones circulando en el aire'', dice Caskey. “Esto hace que la oficina sea un lugar más atractivo para estar y, al mismo tiempo, tiene un impacto positivo en el bienestar y el desempeño de los empleados”.

“Los encargados de la gestión de las instalaciones, los inquilinos y propietarios deben cuestionarse ‘¿mi edificio está preparado para asimilar estos ajustes?’. Y si no es así, este es el momento de actuar mientras que las oficinas permanecen relativamente tranquilas”.