Al otro lado del océano, Blackstone y Hudson Pacific Properties están invirtiendo conjuntamente £120 millones (US$164 millones) en terrenos justo al norte de Londres como parte de los planes para la construcción de nuevos estudios de 700 millones. Este movimiento es el primero fuera de los EE.UU. para Sunset Studios, que han albergado tanto series de televisión como largometrajes como La La Land, Cuando Harry Conoció a Sally y Zoolander.

Es más que solo la gran pantalla capturando la imaginación de los inversionistas. La carrera por la producción de contenido entre las principales plataformas de streaming, desde Disney+ hasta HBO, está impulsando la demanda de espacio en los estudios. Se estima que solo Netflix lanzó más producciones originales en 2019 que toda la industria de la televisión en 2005.

"Desde la pantalla grande hasta en línea – y a pesar de todas las diversas encarnaciones por las que ha atravesado la industria cinematográfica a lo largo de los años, la necesidad de un entorno controlado para crear contenido sigue siendo alta", dice Carl Muhlstein, director internacional con sede en la oficina de JLL en Los Ángeles.

"La ocupación de estudios de sonido se ha mantenido constante en torno al 95 por ciento desde 2015, y con el actual auge de los contenidos en línea, la lucha por el espacio para estudios se está extendiendo a los espacios industriales y comerciales vacíos", afirma.

Créditos extra

Los incentivos siguen desempeñando su papel, con excenciones fiscales que atraen la producción a nuevos lugares. Después de dos décadas en Nueva Zelanda, la producción de la serie El Señor de los Anillos se trasladó recientemente al Reino Unido, donde la demanda de espacio de estudios de cine y televisión está en su nivel más alto, según JLL.

Costa Rica busca incentivar la producción cinematográfica. La Asamblea Legislativa del país está discutiendo la iniciativa como una forma de impulsar su economía este año.

"El acceso al talento y la logística, los incentivos a través de exenciones fiscales y subsidios son un factor importante para las compañías cinematográficas cuando eligen ubicaciones", dice Michael Davis, director de estudios de JLL en el Reino Unido y Europa. "No es sólo el caso de un país a otro, sino también de una región a otra y de un estado a otro”.

Por ejemplo, Netflix decidió aprovechar un fondo combinado de US$14,5 millones en fondos tanto del estado de Nuevo México como de la ciudad de Albuquerque para su compra de ABQ Studios en 2018. Al mismo tiempo, bajo el Programa de Crédito Tributario de Cine de Nuevo México, las producciones en el estado son elegibles para un crédito de hasta el 30 por ciento.

Si bien muchos inversionistas en la industria ya están familiarizados y tienen intereses en las principales compañías cinematográficas a través de acciones o bonos, invertir en un sector que requiere un enfoque práctico "no es para todos", dice Davis.

"Es un sector intrincado y de rápido movimiento, y eso requiere una comprensión profunda de las diversas necesidades y requisitos de las compañías cinematográficas", dice Davis. "Dicho esto, seguramente surgirán más plataformas operativas y de administración de activos con el know-how para asociar capital a medida que los inversionistas sigan orientándose hacia sectores inmobiliarios más alternativos".