Mercado de oficinas de América Latina, S1 2020
En la primera mitad de 2020, el mercado de oficinas corporativas de América Latina, al igual que en la mayor parte del mundo, se vio fuertemente afectado por la pandemia de COVID-19. La mayoría de los países de la región vieron cómo sus mercados debían adaptarse rápidamente a una nueva realidad imprevista y sin precedentes, particularmente durante marzo y abril. La respuesta fue similar a la observada en el resto del mundo: empleados que trabajan desde casa, propietarios e inquilinos renegociando contratos de arrendamiento y gobiernos implementando iniciativas para ayudar a individuos y empresas.
En este marco, el análisis de los principales indicadores inmobiliarios comerciales es también una fuente para conocer mejor la situación actual, ya que revela percepciones sobre la reacción de una parte significativa de la sociedad como las empresas y el mercado laboral. Si bien no ha habido grandes variaciones en la tasa de desocupación y los precios (que continúan dentro de sus promedios históricos), sí se aprecia un empeoramiento de las expectativas para el corto plazo, debido principalmente a la significativa disminución en la absorción de nuevo espacio. La mayoría de los procesos de expansión han sido suspendidos o cancelados y algunas empresas han comenzado a reducir sus carteras (fenómeno que se puede distinguir a nivel global). Por eso es concebible esperar una tendencia alcista en la disponibilidad y un escenario más favorable para los inquilinos, en el que podrán aprovechar mejor su posición para negociar mejores condiciones.
No obstante, las perspectivas a largo plazo son alentadoras. En un año my complejo, los mercados han mostrado resistencia y la mayoría de ellos parece tener las herramientas necesarias para adaptarse a la próxima normalidad.