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Por qué las ciudades dejan de lado sus clásicas luces brillantes

A medida que más ciudades buscan reducir el exceso de luz artificial, adaptar la iluminación de los edificios puede marcar una gran diferencia

28 de marzo de 2022

Desde luminarias y vallas publicitarias de neón hasta el brillo nocturno de los edificios urbanos, la luz artificial excesiva es un problema creciente para las ciudades. 

Ahora, más autoridades están implementando iniciativas para reducir la contaminación lumínica, que puede dañar las aves que migran y los animales nocturnos, y alterar la salud humana. Croacia, Francia, Italia y Eslovenia se encuentran entre los países europeos con leyes nacionales sobre contaminación lumínica que limitan el color y la intensidad de la iluminación nocturna. 

En EE.UU., la Ley de Cielos Oscuros de Nueva York requerirá que la mayoría de las luces exteriores no esenciales se apaguen, cubran o cambien a la activación por sensor después de las 23:00 h para reducir la cantidad de aves migratorias que se distraen fatalmente. Mientras tanto, Pittsburgh está optando por lámparas LED de bajo voltaje que minimizan la luz azul y está agregando pantallas a las lámparas de calle para reducir los efectos de la luz en los hogares y los hábitats, siguiendo a otros lugares designados como Lugares Internacionales de Cielo Oscuro como Flagstaff, Arizona y Fulda, Alemania.

“El diseño de iluminación priorizó históricamente la comodidad visual y la seguridad de los ocupantes sobre su impacto en el medio ambiente externo”, sostiene Patrick Staunton, asociado de sustentabilidad en JLL. “Ahora, un enfoque creciente en la ecología, junto con una mayor comprensión del impacto de la iluminación artificial en las personas y la biodiversidad, significa que la contaminación lumínica se está convirtiendo en una parte crítica de las estrategias de sustentabilidad urbana”. 

Se vincula con llamados más extensos para un uso de energía más sustentable en el sector inmobiliario. La Hora del Planeta, el 26 de marzo, pide a las personas de todo el mundo que apaguen las luces durante una hora para crear concientización sobre el consumo de energía y su impacto en el cambio climático.

“La contaminación lumínica representa cantidades significativas de energía desperdiciada”, dice Jennifer Fortenberry, Gerente de Producto Global, Energía y Sustentabilidad en JLL. “Reducir la contaminación lumínica significa mejorar la eficiencia energética de los sistemas de iluminación y, en última instancia, reducir también las emisiones de carbono”.

Optimización de la eficiencia energética en el sector inmobiliario

A medida que más empresas buscan hacer que sus inmuebles sean más sustentables, la iluminación es una de las primeras áreas que se abordan en los planes de eficiencia energética.

En Estados Unidos, por ejemplo, la iluminación eléctrica representa alrededor del 40 por ciento del consumo de energía en edificios comerciales, incluida la energía destinada a la ventilación para eliminar el calor generado por bombillas ineficientes.

Actualizar a bombillas más nuevas es una medida simple: las luces LED usan hasta un 90 por ciento menos energía que las luces halógenas o fluorescentes, que liberan la mayor parte de su energía en forma de calor. Además, la tecnología LED actual es más eficiente que los LED más antiguos, afirma Staunton.

Los controles de iluminación inteligentes, que pueden reducir el consumo de energía y los costos al reducir el desperdicio de luz, son una opción más avanzada. Los sensores de ocupación, junto con los temporizadores y las luminarias LED conectadas a Internet, controlan la intensidad de la luz según se utilicen los espacios.

Un estudio sobre el control de la iluminación en una oficina abierta por el Centro de Investigación de la Iluminación de Instituto Politécnico Rensselaer informó ahorros de energía adicionales de hasta un 48 por ciento en comparación con los controles manuales. Acortar la demora automática entre el momento en que se desocupa un espacio y se apagan las luces produjo reducciones de energía adicionales de hasta un 21 por ciento.

La instalación de redes de iluminación con alimentación a través de Ethernet en lugar de los sistemas eléctricos tradicionales también puede reducir significativamente el gasto de energía en comparación con los LED en un sistema de 277 V.

“Los beneficios de reducción de energía y carbono de un sistema bien diseñado siempre superan las medidas de reemplazo de lámparas de bajo costo”, afirma Larry Lubeck, Gerente Sénior de Portafolio de Energía de JLL. “La aplicación de controles de iluminación en un edificio permite ajustar los sistemas según las necesidades, lo que tendrá un gran impacto en el consumo y los costos de energía”.

Comprensión del uso de la iluminación

Las evaluaciones y auditorías periódicas del uso nocturno de los edificios pueden dar forma a las políticas para optimizar el uso de la iluminación.

“Sin visibilidad de lo que sucede en un espacio, y cuándo las luces deben estar encendidas, es difícil saber dónde se puede reducir el consumo de energía”, afirma Fortenberry.

Las auditorías pueden verificar los datos procesados por los sistemas inteligentes para garantizar que los controles de iluminación se implementen correctamente, lo que evita problemas como que los sensores que detectan la luz ambiental se activen al anochecer a pesar de que haya pocos ocupantes en el edificio.

El diseño también puede mejorar la eficiencia de la iluminación. En el exterior, colocar protecciones a las lámparas minimiza la pérdida de luz, mientras que los accesorios unidireccionales enfocan la luz en áreas como entradas o caminos y reducen el impacto sobre los animales nocturnos.

En el interior, se trata de maximizar la luz natural, afirma Staunton, eligiendo materiales y colores interiores que sean reflejen e iluminen. “Esto siempre debería ser una prioridad antes de optar por fuentes de luz artificiales”, agrega.

Entornos saludables para todos

La optimización de luz natural y la reducción de fuentes artificiales son componentes igualmente clave de edificios saludables, que son cada vez más apreciados por los inquilinos e inversionistas. 

“Más allá del rendimiento financiero, los beneficios intangibles de una mejor calidad de luz incluyen una mayor productividad, felicidad y rendimiento”, dice Fortenberry. “En última instancia, esto tiene un impacto positivo en los empleados, en la rentabilidad de los espacios y en el atractivo de estos activos para el mercado”.

A medida que las nuevas regulaciones de sustentabilidad entran en vigor en todo el mundo, los edificios que no cumplen con ellas enfrentan el riesgo de sufrir un “brown discount”, es decir, que los inquilinos e inversionistas los consideran menos valiosos que aquellos con credenciales ecológicas sólidas.

Y aunque la iluminación de bajo consumo es solo una pequeña parte de hacer que los bienes raíces sean más sustentables, tendrá un impacto significativo en el medio ambiente urbano circundante.

“Se trata de desarrollar resiliencia ecológica y reducir el riesgo climático”, dice Staunton. “Abordar la contaminación lumínica debe ser parte de una estrategia robusta de ESG para los activos de bienes raíces”.